Esta mañana he vuelto a subir al Miravete para terminar la ruta que quise hacer hace unos días y tuve que dejar a medias. Las dos Cruces: El Miravete y el Picacho (Cruz del Bojar o Miravete II)
Subiendo al Miravete por la senda de las yeseras.
Siguiendo la misma ruta de la otra vez hemos llegado al pico del Miravete (427m) y de ahí, siguiendo la senda marcada, hemos ido hasta la Cruz del Bojar (Picacho o Miravete II, 349m). Es un paseo muy agradable sin apenas esfuerzo. Las vistas desde este segundo pico son igual de bonitas que desde el Miravete. Al estar prácticamente encima del puerto del Garruchal, la zona de la Cresta del Gallo se ve mucho más cerca e impresiona bastante.
Vistas desde el Picacho. A la derecha la Sierra de Columbares y enfrente el PR El Valle y Carrascoy.
Bajar desde aquí hacia el vehículo ha sido mucho más divertido pues hemos descendido por la cresta del picacho por una senda muy empinada que nos ha obligado a poner las manos (y el culo) en el suelo unas cuantas veces hasta que hemos llegado a una zona abancalada y comida por la maleza que hemos salvado no sin dificultad hasta que una vieja pista de asfalto nos ha conducido hasta lo alto de las antenas de El Bojar y de ahí a los coches habían unos metros escasos.
El domingo pasado me invitaron a hacer esta ruta circular por la zona del Majal Blanco, en la Sierra de Carrascoy. Una ruta circular de unos 12 kilómetros con muchos puntos de interés y un buen pateo con un par de desniveles que se pegan a los gemelos. El paseo empieza en la plaza de las moreras que es el parking habilitado en la zona y de donde salen un montón de PR’s muy bien señalizados. Esta ruta que hicimos fue la suma de varios de ellos.
Cuevas del Buitre. Majal Blanco (Torreguil)
La primera parada fue en las Cuevas del Buitre. Hay que salirse del sendero para llegar a ellas y tienen una trepada que con el suelo húmedo es muy fácil resbalar. Son muy impresionantes. De ahí enlazamos con el, a veces sendero, a veces pista, que nos llevó hasta el pico del águila (637m). Una cima ideal para descansar y tomar algo de fruta para reponer fuerzas.
Vistas del campo de Cartagena desde el Pico del Águila.
Desde ahí tomamos un sendero que iba paralelo a la cresta de esa sierra por el que llegamos a una brecha en la montaña, la cueva angosta. Una pasada. Sin nada de peligro te podías adentrar unos metros en la montaña teniendo sobre tu cabeza unas rocas de grandes dimensiones que le dan al lugar un aspecto increíble.
Entrada a la cueva angosta.
Dejamos la cueva y continuamos el sendero hasta encontrarnos con la pista forestal que nos condujo hasta la cima del Cabezo Alto desde donde disfrutamos de una panorámica espectacular de toda la Sierra de Carrascoy.
Panorámica desde el Cabezo Alto. A la derecha en primer plano vemos el Pico del Águila y al fondo las antenas de Carrascoy.
De ahí hasta los coche fuimos caminando todo el rato por una pista forestal muy bien acondicionada y señalizada.
La ruta la iniciamos en el parking del área recreativa del Castillo de la Asomada que es el punto donde dejamos los vehículos y comenzamos la ruta.
Son casi 10 kilómetros. El comienzo de la ruta se hace por una carretera asfaltada que nos lleva a la pista forestal a la que llaman «Matahombres». Se salva un desnivel considerable en muy pocos metros pero no deja de ser una pista forestal en muy buen estado que, supongo, el nombre se lo han dado los ciclistas. Caminando se puede hacer sin problema. Con esfuerzo pero sin problema. Este camino forestal te deja a los pies de la senda, esta sí que es empinada, que sube al Castillo de la Asomada. No puedo hablaros de las vistas, que deben ser muy bonitas, porque la niebla lo cubría todo esta mañana. El sitio tiene su magia.
El descenso lo hemos hecho por un sendero que desciende en dirección al Puerto de la Cadena casi en línea recta. Está marcado con unas flechas azules y verdes en el suelo y es también muy fácil de seguir. En un momento dado, en un cruce de senderos, tomamos dirección a la izquierda. Hacia la ciudad. Ahí nos topamos con unas marcas de PR que te llevan hasta las pozas del la rambla del puerto y de ahí a los vehículos hay unos pocos cientos de metros.
Poza en la Rambla del Puerto
En total hemos estado 2 horas en movimiento a paso tranquilo. Media hora más se la hemos dedicado al almuerzo y la charleta sentados al abrigo de lo que queda de los muros del castillo.
La Cresta de los Mamellones es un tesoro paisajístico y geológico que todos deberíamos conocer. Es un paseo intenso para disfrutar con todos los sentidos. Así que no olvidéis el almuerzo que para los otros 4 allí hay estimulantes.
El inicio es una subida muy corta y empinada que te hace sudar la camiseta nada más empezar pero al llegar arriba todo el esfuerzo merece la pena. A partir de ahí es una caminata muy cómoda. Cresteando todo el rato por una senda bastante pisada de la que queda algún vestigio de haber tenido marcas de algún PR y con unas vistas preciosas. Hay algún paso más complicado en el que hay que echar las manos (y el culo) al suelo pero nada peligroso y que vas caminando todo el rato junto a un cortado no apto para personas con vértigo.
Sierra de los Mamellones
Lo único malo… Ir caminando escuchando disparos. Estamos en época de caza y hay muchos cotos alrededor y, aunque se intuyen lejanos, da un poco de miedo. Por eso la vuelta hacia el vehículo la modificamos para ir en dirección contraria de donde se escuchaban los tiros.
Dentro del brutalismo murciano voy a incluir el cuarto de aperos tan peculiar que hemos encontrado. Un autobús de línea antiguo de los que había cuando yo era crío. Estaba acoplado a unos pilares. Lástima que estaba muy vandalizado. Luego nos quejamos de que nos cierran los caminos de las fincas privadas.
He seguido este track de Porlasnubes. El camino empieza en la Ermita de San Antón, en El Bojar. A la izquierda de la ermita, siguiendo unos metros de un camino privado asfaltado, empiezan las indicaciones del PR-MU 119. He seguido unos metros este sendero por la rambla de los yesares pero para hacer más divertida la subida y ganarme el almuerzo la he hecho por una trepada muy divertida que hay pasando por una antigua yesera. La desviación para hacer este ascenso se toma en un cruce de la rambla justo después de unos grandes desprendimientos. El nuevo sendero salta a una rambla paralela por donde se inicia la ascensión y siguiendo una parte bastante bien indicada la cosa se complica unos metros más adelante cuando hay que empezar a subir por una zona bastante escarpada en las que las manos van a ser de mucha ayuda. La trepada por las yeseras hasta la cima ha sido difícil y el premio una vez arriba, que son las espectaculares vistas, ha merecido la pena.
Vistas del PN El Valle y Carrascoy desde la cima. Al fondo a la derecha La Cresta del Gallo y La Panocha.
Mampostería del PR-MU 119.
Una vez se llega casi a la cumbre volvemos a pisar el sendero del PR que está muy bien acondicionado. Hay escalones excavados en el suelo y arriba del todo, en la zona de la cruz del Miravete, han puesto un bonito mirador de madera que merece la pena visitar. Yo evitaría ir en Domingo.
Me ha resultado muy fácil seguir la pista del sendero PR-MU 119 para volver hasta el coche. Por falta de tiempo sólo he podido hacer la primera parte de la ruta hasta la cumbre del Miravete así que me queda pendiente la mitad de esta ruta que si no pasa nada la voy a combinar con el PR-MU 40 que sube al Miravete desde Torreagüera. Cuando bajas del mirador de la cruz te topas con el cartel que indica el camino y es muy cortito.
Indicaciones del PR-MU 40.
Marco la ruta como difícil por la trepada que hay que hacer al pasar las yeseras. Aunque me ha resultado asequible y divertida no es recomendable para alguien con vértigo o no muy seguro de sus manos.
La primera parte de la ruta se hace siguiendo el PR-MU 50 que comienza junto a una zona de aparcamiento en Los Lages, cerca de Algezares. Es una subida algo empinada pero muy asequible. Además, está perfectamente señalizada.
Prácticamente todo el sendero está arropado por un bosque de pinos y es muy agradable. De vez en cuando, dejando unos metros del sendero, hemos podido asomarnos a algún mirador muy majo que ofrece unas vistas de la huerta de Murcia muy bonitas. Según leo en la descripción que hace Antonio Ruiz 99 en su ruta, a esta primera senda se le llama «El Paso del Lobo». En un momento concreto la senda cruza la carretera asfaltada que sube desde Los Garres. De ahí al área recreativa de la Cresta del Gallo y el mirador queda poco más de 1 Km.La segunda parte de la ruta y para mi más divertida ha sido caminar buscando pistas fuera de los senderos principales porque aquí hay varias zonas donde se juntan el PR-MU 50 (Cresta del Gallo por Los Lages) y el PR-MU 49 (Cresta del Gallo por la Tana).
Vistas de la huerta de Murcia
Hemos estado un buen rato siguiendo las indicaciones de Antonio hasta llegar a la Cresta del Pollo, la sima de Santa María y subiendo al «agujero» que forman las rocas en lo alto. Después, en una tarea algo complicada debido a la cantidad de árboles caídos, hemos subido hasta la Panocha para cruzar a la vertiente sur por el pie del Quijar de la Vieja. Allí hemos visto un montón de escaladores disfrutando de las posibilidades que ofrece La Panocha por cualquiera de sus caras.
Allí nos hemos llevado una grata sorpresa al encontrarnos a unas colegas con las que hemos caminado y charlado un rato mientras bajábamos la senda de Los Carpi que nos ha llevado hasta la pista forestal que lleva dirección al relojero donde, al poco de empezar a caminar por la pista de tierra, hemos tenido que dejar la charleta y tomar una senda a la derecha que nos llevaba de vuelta hacia el coche pero esta vez bajando por una senda que nos lleva hasta Algezares.
Esta parte creo que ha sido la más fea. El track que estábamos siguiendo se ha perdido un par de veces y encontrar el sendero que teníamos que seguir al principio ha sido difícil. Desde que hemos empezado a bajar hasta las antenas que hay junto a la carretera de Los Teatinos hemos ido medio bien. Aquí el sendero sólo lo hemos perdido una vez y la lógica nos ha hecho encontrarlo rápido. Encontrar el sendero detrás de estas antenas ha sido más complicado pero una vez encontrado ha sido muy fácil de seguir. Sobretodo porque alguien ha ido dejando unas señales de color azul pintadas en el suelo. Ya casi al final de la pista se pasa por las ruinas de unas antiguas yeseras que aún están medio en pie. De ahí a la senda que conecta Algezares con Los Lages hay un paso. Esta senda, que va bordeando la montaña y saltando ramblas, como tiene viviendas muy cerca está llena de basura. Además, parece que lo usa mucha gente para pasear a sus mascotas y hay que llevar mucho cuidado para no pisar ningún premio.
Panorámica desde el sendero PR-MU 49 Cresta del Gallo por La Tana
Ruta circular que se inicia en el paraje de La Tana, a continuación de la Casa Forestal. Está muy bien indicado. La subida es muy asequible aunque hay zonas algo empinadas y muy estropeadas por el paso de bicicletas. Las vistas de la huerta de Murcia y sus pedanías son muy bonitas. Hay muchos miradores donde hacer algún descanso aunque a mitad de la ruta, en el mirador de la Cresta del Gallo, hay una zona recreativa.
La vuelta se hace toda por una pista forestal que están arreglando pues está en muy mal estado debido a numerosos desprendimientos provocados, seguramente, por las últimas DANAS.
Marco la dificultad «moderada» por la distancia total de la ruta.
Empiezo el año con buenos propósitos y como siempre el de escribir es el primero. El reto de este mes de Adella Brac propone las siguientes palabras: Añado, familia, demasiado.
Este es el mío:
Hoy me he dado cuenta que pienso demasiado en lo que he dejado de hacer. No por falta de tiempo, que también, si no por mi mala organización a la cual añado una facilidad innata para olvidarme de mi y centrarme en el vuelo de una mosca. Que, si trabajo muchas horas, que la familia, que mi ombligo… Pues hasta aquí hemos llegado. Este año voy a cuidarme. Empiezo escribiendo y dándome de baja en el gimnasio. Ja.
Le tenía ganas a Manolo, la verdad. Mi amigo Juan ha publicado bastante sobre él en su blog (que os recomiendo encarecidamente) y Guillermo ha sido el que me ha dado el empujón final. Sus recomendaciones hasta ahora me han gustado mucho.
Con Tatuaje he descubierto un tipo de novela que me gusta mucho. Intriga de barrio me gusta llamarla porque los personajes los puedes tener a la vuelta de la esquina y además está narrada de una forma muy coloquial. Encima mezcla dos cosas que me encantan como son los misterios y la gastronomía. Así que me da que Pepe Carvalho, que es como se llama el protagonista, ha llegado para quedarse y, para no darme un atracón de esos que empachan, he decidido saltear su lectura con otras a las que también les tengo ganas. Lo escribo flojo pero este año me he propuesto rescatar hábitos aparcados y este de la lectura (con su posterior entrada en el blog) va a ser uno de ellos.
Tatuaje es una especie de guía de viajes, recetario muy bien maridado y crónica de unos años que viví bastante mozo y de los que me gusta saber. Historia de detective al uso sí pero la solución al misterio aunque la puedes intentar imaginar… sorprende.
Esta portada que publico es de la edición que saqué de la biblioteca la cual no os recomiendo pues la han querido hacer tan de bolsillo que o la letra era muy pequeña o los años me están pasando más factura en la vista que en las canas.
Título: El cojo y el loco | Autor: JAIME BAYLY | Editorial: Alfaguara | Páginas: 152 |Publicación febrero de 2010
Nació jodido porque su destino era el de ser cojo, cojo desde niño, y que sus padres se avergonzaran de él y lo escondieran de sus amigos y lo trataran como a un apestado. El destino de Bobby parece estar jodido desde que se volvió cojo (…)
El loco Pancho es bruto, feo, sucio y tartamudo. Además, está poseído por una lujuria incontrolable. (…)
La brutalidad hecha novela. Un bestiario moderno donde las fieras son dos locos, desahuciados de clase alta, sin cuidados y sin amor, enfocan su vida uno en la venganza por el abandono y el dolor sufrido y otro que intenta gestionar su locura haciendo el menor daño posible pero sin poder evitar destrozar todo lo que le rodea.
Una lectura rápida e intensa que me dejó con la boca abierta con cada barbaridad que se piensa página a página. No hay adornos, ni dobles intenciones. Lo que el cojo piensa y hace se cuenta sin pompa pero no por eso se convierte en un texto chabacano. Con el loco pasa exactamente lo mismo sólo que el loco no está tan loco y el cojo… sí. El cojo es cojo pero es más loco que cojo. Un compendio de atrocidades. No se si me asustaron más sus acciones o descubrirme disfrutando de sus actos.
Le tenía ganas a 
Falsa moneda 